Ir al contenido principal

Pandemia y oportunidad

Son momentos únicos, ¿irrepetibles? Tal vez sí, tal vez no. Una situación nunca antes vivida por nuestra generación. Un cuestionamiento radical a nuestro modelo de vida, un paréntesis total, ajeno a nacionalidades, estratos sociales, si bien, particularmente virulento con nuestros mayores. Toda esta situación representa un enorme desafío a nuestro modo cotidiano de vivir. Una parada forzada que sin duda nos habrá obligado a dirigir una mirada hacia uno mismo tal vez como nunca antes habíamos hecho. De golpe las instituciones, las personas, toman conciencia del potencial tecnológico del que disponemos para continuar, más o menos, con el trabajo por otras vías. También constatar lo limitado de nuestros modelos productivos, basados casi exclusivamente en la presencialidad por sobre la creación de valor en estado puro. El teletrabajo se potencia exponencialmente, en cosa de semanas millones de persones acceden, muchas por primera vez, a plataformas de comunicación digital a distancia y descubren el enorme potencial que hay en ellas. La propia necesidad de desplazarse continuamente parece replantearse, así como los modelos de producción que siguiendo la máxima de la especialización y la concentración de la producción convierten a determinados países en 'fabricas' de los otros, como si de un polígono industrial a la vuelta de la esquina se tratasen.

Pienso que es una oportunidad inmensa, la que tenemos entre manos, para revisar, cuestionar y reflexionar sobre cómo queremos seguir viviendo, sobre qué es lo importante, lo fundamental, y también claro, lo superfluo. Así mismo, otro desafío aparejado a esta situación es cómo mantener la calma, cómo no sucumbir al pánico, cómo observar la realidad con objetividad, con serenidad con actitud crítica y al propio tiempo optimista.

Nuestra invitación es a permanecer algunos breves segundos dejando que esta 'oportunidad' trabaje dentro nuestro, sin pretender llegar a una conclusión. La única certeza en este momento es que las certezas se han derrumbado. "No se puede parar la economía", han dicho aquí y allá muchos. Pues el hecho es que en gran medida la economía "se ha parado" y aquí seguimos. Esta es una de las oportunidades, constatar que eso ocurre y que seguimos aquí, es acceder al centro de la falacia sobre la cual se sustenta el capitalismo y que hoy podemos ver. También podemos ver qué es lo que realmente es necesario en nuestra vida, y cómo todas las necesidades creadas por el sistema son, en su radical mayoría, eso mismo: necesidades creadas. ¿A quienes necesitamos realmente? A nuestro sistema sanitario, a los abnegados, valientes y entregados profesionales. A quienes nos alimentan, a los que están en el campo, en los supermercados, etc. A los que nos proveen de calor, agua potable, etc. Y, paradoja de los liberlaes recalcitrantes, a nuestro estado, que somos todos, al "bien común" al mismo bien común que promulgó los sistemas de bienestar. A la autoridad que toma posesión si es necesario de lo 'privado' en favor de todos, a la autoridad que reprime a los oportunistas que pretenden lucrarse con la desgracia. Naturalemente que siguen existiendo diferencias extremedamente anquilosadas en nuestros sistemas, pero esta crisis nos ha permitido ver al menos la posibilidad de una 'igualdad' total, de un derrocamiento de los privilegios, con algunos propios miembros del poder también víctimas del virus. Al mismo tiempo, el caracter sistémico de la crisis, pienso que permite vislumbrar la extrema necesidad que tenemos los unos de los otros, y cómo los enclaves del poder económico no pueden subsistir sin la gente y esto tal vez les haga ver que ellos tambié "son gente". Los bancos necesitan personas que paguen sus hipótecas, los comercios a sus clientes, los propietarios a sus inquilinos, etc.

Pienso que esta crisis tiene un poderoso potencial humanizador, civilizador aún más por su virulencia y cómo ésta impide el "rápido" retorno a la "normalidad", al "business as usual", que aquí y allá nos pregonan los líderes del mundo hipercapitalista. La frase de Fauci, delante del dinosaurio Trump, "será el virus el que marque la agenda, no la economía", representa la realidad con la que nos toca convivir hoy, y más nos vale que algo aprendamos de ella.

Comentarios

Envia'ns la teva consulta

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Entradas populares de este blog

"La profesión de los padres es una profesión imposible". Desmitificando el rol parental

Interesantísima entrevista de El Pais al prestigioso psicoanalista italiano Massimo Recalcati, quien nos habla de las polaridades en el rol paterno, antes autoritario, hoy empático, y cómo movernos en esta disquisición. La profesión de los padres es una profesión imposible - El País 18-3-20

Meditación en el sentimiento

En el contexto de la pandemia, estamos inmersos en una nueva aventura de aprendizaje con el Curso de psicoterapia autógena nivel II, "Meditación en el sentimiento", dictado por el Dr. Luis de Rivera. Siempre es un lujo contar con su sabiduría y enseñanzas. Permitir el flujo de las emociones, sentimientos, sin hacer lo que normalmente hacemos para bien desviarlos, reprimirlos o huir de ellos, resulta la clave terapéutica para dar curso al sentimiento, y con ello, agotarlo, permitir que se desvanezca por sí sólo. Todo es temporal, todo es pasajero, los sentimientos negativos, pero también los positivos. Aceptar esa fugacidad, tan temida, es quizá, una iluminación a nuestro alcance.